Los problemas y retos que nos atañen en las instituciones educativas de México durante el siglo XXI están fundamentalmente relacionados con el vertiginoso desarrollo de tecnologías que influyen de maneras inconmensurables en el desarrollo de las y los estudiantes. Especialmente, durante el contexto del año 2020, en plena pandemia global, es cuando hemos dejado atrás las aulas y las interacciones físicas para reemplazarlas por un nuevo tipo de escenario virtual, donde el medio de comunicación entre el maestro, los contenidos y el estudiante son las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), ya sean, teléfonos inteligentes, tabletas o computadoras móviles, etc. Es imperativo revisar el estado del arte del e-learning y sus efectos sobre el proceso de aprendizaje para implementar una regulación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en las escuelas.
En este momento debemos preguntarnos, rumbo a una era post-pandemia, qué podemos recuperar y adaptar del aula virtual al aula presencial. En México, desde marzo del 2020, se observaron nuevos retos para todos los niveles educativos en múltiples componentes del proceso de aprendizaje. Mientras que adaptar las clases presenciales a una modalidad virtual no resultó ser una tarea sencilla, las instituciones educativas mexicanas se vieron obligadas a realizar el cambio de manera práctica y veloz. Los problemas que se observaron durante el manejo del aula virtual giraron en torno a la realización de un proceso de aprendizaje eficaz: ¿se apropian los estudiantes de los conocimientos en esta nueva modalidad?, ¿estamos haciendo el uso adecuado de las TIC?, ¿cómo regulamos la nueva aula virtual?, ¿se están formando alumnos críticos y competentes frente a un contexto de transformaciones vertiginosas en la información y la tecnología?, ¿los contenidos y competencias obtenidas generan un perfil de egreso relevante y permiten una apertura a la investigación como preparación para la educación superior?.
El e-learning como tendencia educativa y su implementación durante la pandemia global a nuestras clases nos demuestra que será necesario adaptarse a los cambios acelerados en la nueva normalidad. Para lograr una implementación del e-learning que resulte dinámica, participativa y eficaz debemos resignificar la educación para comenzar a formar los ciudadanos del siglo XXI.
El grupo de investigación GRIAL (Grupo de investigación en InterAcción y eLearning) en su ensayo “Una revisión actualizada del concepto de eLearning” (2015) de García Peñalvo y Seoane Pardo define e-learning como “proceso formativo de naturaleza intencional o no intencional, orientado a la adquisición de una serie de competencias y destrezas en un contexto social, que se desarrolla en un ecosistema tecnológico en el que interactúan diferentes perfiles de usuarios que comparten contenidos, actividades y experiencias y que, en situaciones de aprendizaje formal, debe ser tutelado por actores docentes cuya actividad contribuya a garantizar la calidad de todos los factores involucrados.” A esta definición le podemos agregar el uso de plataformas tecnológicas a través de las TIC de manera síncrona o asíncrona. Asimismo, que la sustitución de estudiantes por perfiles de usuarios y de los docentes por meros tutores otorga un barniz impersonal al proceso de aprendizaje en línea. Sin embargo, esta definición fue seleccionada debido a que no limita el aprendizaje a través del uso de tecnología, sino que es una definición incluyente, lo cual es necesario para hacer flexible el aprendizaje y brindar oportunidades a los docentes y estudiantes de personalizar el proceso educativo de la formación en línea desde la planificación de las actividades, el diseño de las actividades implementadas hasta las estrategias de evaluación.
Ahora bien, para comenzar a resignificar la educación, debemos mirar de frente a uno de los retos educativos más característicos de nuestros tiempos: la globalización. De acuerdo con Melendro (2003) la globalización ha afectado a la educación de múltiples maneras. Esta tiene sus ventajas y desventajas, o mejor dicho, su gestión adecuada y la inadecuada, y comienza a generar problemas cuando compromete y transforma negativamente a la educación pública. Algo que trae consigo la globalización es la educación virtual o e-learning, pero, asegura Melendro, que el problema no es acceder a la información, sino digerirla. Un ejemplo que se observa recurrentemente es el buscador que ofrece la empresa Google, el cual con recibir una breve entrada, les despliega a los estudiantes incontables cantidades de información. Los educandos pueden poseer las habilidades para el manejo superficial de las TIC, pero no poseen las herramientas para clasificar la información, distinguir hechos de falacias, no logran defenderse de discursos persuasivos, fuentes no confiables, etc. Asimismo, desconocen el uso que se le debe brindar a las TIC en la investigación académica. En pocas palabras, el uso que los estudiantes dan a las tecnologías en su cotidianidad, sin regulación, sin profundización o postura crítica es el mismo uso que le dan a las tecnologías en el ambiente educativo.
Ahora más que nunca se deben formar alumnas y alumnos que reconozcan la particularidad de su contexto de inicios del siglo XXI. Ellos son estudiantes y ciudadanos en formación que pertenecen a la generación milenio o a la generación z, pero además, ahora los educandos pertenecen a una nueva generación de la pandemia del año 2020. Como parte de esta vivieron una de las transformaciones educativas y sociales más importantes del siglo XXI: reuniones y graduaciones vía programas de videollamadas, falta de celebraciones sociales como bailes de fin de curso y entrega de papeles, clases en línea a través de plataformas, inscripciones virtuales, reducciones de lugares disponibles para inscribirse, uso obligatorio de TIC y del internet, etc. Como docentes debemos prepararlos para el comienzo de una época post-pandemia que limita con la incertidumbre, ya que aún las clases presenciales no son una opción viable sin comprometer la salud de los alumnos y de sus familiares.
Asimismo, debemos preparar a los educandos para mantener el ritmo de las clases virtuales o e-learning como opción que permite cumplir con el calendario escolar sin comprometer su salud y las de sus familiares y sus compañeros de clase. También para prepararse frente a un mundo post-pandemia en el que recuperará y profundizará todo lo aprendido en la modalidad en línea y así, adaptarse a los nuevos retos que representa el mercado laboral post-pandemia.
TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación son las herramientas que permiten preparar y formar al alumno crítico y competente. Sin embargo, adquirir los conocimientos acerca del uso de las TIC es necesario tanto para los docentes como para los alumnos. Las Tecnologías de la Información y la Comunicación son “todos aquellos artefactos que nos ofrecen, entre otras posibilidades, la facilidad de tener acceso a diferentes recursos que nos permiten de manera inmediata el procesar y tener acceso a información, comunicación, modelación de la realidad y la simulación.” (Colorado, 2014: 22) La inmediatez en la obtención de la información es un beneficio que no se poseía en la escuela del siglo XX, y, que actualmente, se transforma de manera constante, rebasando las habilidades y destrezas de los alumnos y los docentes, quienes inadvertidos dan un uso a las TIC inadecuado y atrasado.
Es necesario, entonces, definir cuáles son las opciones que poseemos como institución para utilizar las TIC (Chiappe, 2016: 9):
1. Usar los dispositivos móviles como un canal para distribuir contenido educativo.
2. Usar los dispositivos móviles para crear contenido educativo en experiencias fuera del aula de clase.
3. Usar los dispositivos móviles para generar nuevas formas de interacción en clase y para potenciar el contenido educativo impreso.
El primer uso sugiere que las TIC funcionen como distribuidoras efectivas del contenido. Ningún estudiante debe encontrarse sin acceso al contenido. El segundo uso sugiere que los docentes tercien en el uso de las TIC de sus alumnos para involucrar la educación en sus tiempos libres. Esto es la introducción del e-learning a los estudiantes. Y, finalmente, el tercero sugiere que el estudiante no caiga en el error de asumir que en la TIC se encuentra un 100% del proceso de aprendizaje o que este gira en torno a las TIC. Estas son una herramienta de apoyo, la educación debe girar en torno a las destrezas y conocimientos del alumno. Es importante también leer literatura impresa y educar a los estudiantes sobre el uso de una biblioteca, hemeroteca, etc.
GESTIÓN ADECUADA DEL AMBIENTE VIRTUAL DE APRENDIZAJE
Cuando el acceso a instituciones educativas está limitado o completamente prohibido, se debe conocer, desarrollar y regular el nuevo ambiente escolar en el que se desarrollará el proceso de aprendizaje. “Un Ambiente Virtual de Aprendizaje es el conjunto de entornos de interacción, sincrónica y asincrónica, donde, con base en un programa curricular, se lleva a cabo el proceso enseñanza-aprendizaje, a través de un sistema de administración de aprendizaje” (Chan Núñez, 2004: 3) Esta es la definición que se utilizará al referirnos al nuevo entorno digital educativo.
Según Chiappe (2004: 4), una gestión adecuada de este nuevo ambiente virtual de aprendizaje requiere de la integración de los diferentes entornos. La gestión consiste en la:
a) Elección de los soportes o plataformas que convengan para contar con los espacios y recursos requeridos para las prácticas educativas.
b) Previsión de las formas y composición de los espacios.
c) Integrar en cada entorno del ambiente de aprendizaje los contenidos y recursos que posibilitarán su función.
d) Proponer y disponer las regulaciones y condiciones que faciliten interacciones con sentido para los participantes en el entorno de aprendizaje.
Como es de esperarse, esta gestión corresponde a los docentes. Sin embargo, es tarea de la administración escolar apoyar y orientar a los docentes con la información que ellos requieran. Ya que según Chiappe (2004: 3) esta nueva gestión supone un modo distinto de pensar la función del espacio para aprender. Asimismo, requiere del alumno nuevas agilidades para acceder, apropiar y procesar la información y desarrollar sus competencias. Los nuevos ambientes virtuales de aprendizaje podrán intervenir en la enseñanza presencial, generando un híbrido, que logrará despertar en los alumnos el aprendizaje autodidacta, pero es necesario preguntarnos si es realmente efectivo y supera la interacción social de las clases presenciales.
PERFIL DE EGRESO Y EL MERCADO LABORAL DURANTE LA PANDEMIA
La situación del mercado laboral durante la Pandemia resulta problemática para los recién graduados. Nuestros alumnos, a punto de graduarse en 2020 y 2021 necesitarán competencias que eleven sus oportunidades de entrar en el mercado laboral o de alcanzar la Educación Superior. Fomentar las competencias relacionadas con el ejercicio del e-learning favorecerá a nuestros estudiantes.
Al graduarse, los estudiantes egresan con un perfil que no es congruente con las necesidades de los empleadores, los cuales exigen un perfil acorde con el desarrollo de la ciencia y la tecnología. El mundo laboral demanda individuos competentes con conocimientos y habilidades variadas, pero que también cuentan con actitudes y habilidades para la toma de decisiones, convivencia, liderazgo, solución de problemas y de conflictos. (Trujillo-Segoviano, 2014: 310) La principal prioridad de nuestra institución es revisar, evaluar y redefinir el perfil de egreso de nuestros educandos para otorgarles una educación realmente integral que genera nuevas relaciones con las TIC y con el e-learning, las cuales les serán útiles en el ambiente profesional o académico, o incluso social y emocional de los ciudadanos que se forman.
Incluso si los estudiantes continuaran con sus estudios en la Educación Superior, el perfil de egreso debe asegurarlo. Es precisamente por estos motivos, y por las transformaciones ocasionadas por la pandemia global, que nos vemos en la necesidad de añadir y modificar nuevas competencias relacionadas con el e-learning que coexistan con el Marco Curricular Común, ya sea temporalmente o que nos continúen dirigiendo a una era post-pandemia.
EL DOCENTE EN EL ENTORNO DIGITAL
Definir el lugar de los docentes en el nuevo ambiente virtual de aprendizaje nos permitirá rediseñar la labor pedagógica. El uso de plataformas virtuales gratuitas, o a partir de la obtención de licencias (como Google Classroom, Drive, Formularios, Garage digital, Gmail, Outlook, Whatsapp, Adobe, Kahoot, Mentimeter, Flipgrid, Moodle, Zoom, Teams, etc.) y la actualización de conocimientos será primordial para preparar a nuestros docentes y así, lograr nuestros objetivos. Precisamente, según Marini Munguía (2016) “la cuestión no es per se de tecnología, es del proceso de enseñanza como un todo, en la que el maestro, el alumno y la tecnología son entre otros, componentes del proceso de aprendizaje que tiene lugar en las instituciones educativas […] Constituye un reto a superar más en el plano pedagógico que el tecnológico.” Las TIC son únicamente herramientas, utilizadas por los verdaderos protagonistas del ambiente virtual: los estudiantes y los docentes. Estos últimos deberán promover y regular el uso de las TIC durante el aprendizaje por e-learning.
Los puntos a nuestro favor que debemos conocer como docentes son según Marini Munguía (2016: 337-338):
- Búsqueda de información, la cual se puede realizar a través de buscadores, repositorios, páginas web, bibliotecas virtuales, periódicos digitales, lo cual permite tener acceso a grandes cantidades de datos, así como hacer búsquedas personalizadas.
- Guardar datos en aplicaciones web que permitan acceder a la información a través de distintos dispositivos en el momento que se requieran.
- Transmisión de datos, permiten tener acceso a servicios de mensajería como correo electrónico, chat, redes sociales, a fin de poder mantenerse en contacto con otras personas.
- Multimedia, las personas pueden visualizar, compartir y crear distintos archivos de imagen, vídeo, audio, por separado o con la integración de dichos elementos.
- Juegos, permiten tener acceso a actividades de recreación, ya sea que se lleven a cabo de forma individual o de forma colectiva con personas ubicadas en distintos puntos.
- Producir y distribuir conocimientos, gracias a las aplicaciones que permiten la creación y edición de documentos de texto, así como el acceso a plataformas como blogs y wikis para compartir información.
Entre las desventajas que se pueden identificar de los dispositivos digitales portátiles se encuentran las que se enuncian a continuación:
- Precios elevados de los equipos, si bien es cierto que algunos dispositivos han disminuidos sus costos de adquisición, no es el caso de todos, además el mantenimiento aún sigue requiriendo cierta inversión por parte de los usuarios, principalmente en relación con los teléfonos inteligentes.
- Falta de recursos de red, pues aunque para acceder a Internet no requieren estar conectados a un cable, éste se ve limitado por la cobertura de red inalámbrica.
- Costo de las aplicaciones, aunque existen suministradores de programas que ofrecen sus servicios de manera gratuita, otros requieren ser adquiridos mediante un pago.
- Problemas técnicos, que pueden estar asociados con limitaciones o restricciones de compatibilidad con otros equipos o aplicaciones, en función de la calidad y características que poseen los dispositivos.
Una vez establecidos los principales parámetros, se espera que los docentes los tomen en cuenta al realizar sus planeaciones y al evaluar a los estudiantes. El docente debe tener estos parámetros en cuenta para entender el contexto de los estudiantes, principalmente aquellos que carecen de acceso a las TIC. Sin embargo, lograr esto no resultará sencillo sin la realización de programas de capacitación a nuestros docentes: “el empoderamiento de los profesores través de procesos de capacitación aprovecha la inversión en capacitación para generar al mismo tiempo producción de contenidos lo cual configura una manera muy eficiente de hacer inversiones de recursos financieros no siempre muy abundantes” (Chiappe, 2016: 6)
APERTURA A LA INVESTIGACIÓN
Los estudiantes que se encuentran en su último año precisan recibir la orientación necesaria para utilizar las TIC y así poder desarrollar sus habilidades de investigación académica. Durante la pandemia, los estudiantes que realizarán la transición a la Educación Superior necesitaran conocimientos y destrezas sobre el uso adecuado de las TIC, no sólo para realizar actividades relacionadas con la investigación científica y humanista, sino también para recibir sus clases virtuales. “Los planes de estudio y programas dirigidos a los estudiantes de Educación Media Suprior (EMS) deben estar diseñados en función no sólo del perfil de egreso, sino también de las competencias a desarrollar, ya que estas deben generar una cultura científica y humanista en la que los conocimientos adquieran un significado real en el contexto del estudiante.” (Núñez Perez, 2013: 179) Por esto mismo, los cambios que se hayan producido en la Educación Superior le competen a los docentes y a los estudiantes de los pregrados. Las universidades que ofrecen licenciaturas en la modalidad en línea deben representar una opción para los estudiantes de pregrados: “la gente desea estudiar “a la carta”, dónde, cuándo y cómo quiere; las experiencias de aprendizaje ya están tan dentro como fuera de las aulas y eso nos hace revisar nuestros roles como educadores, desarrollar modelos híbridos y colaborativos, pasar de los libros a las “app” y de los campus a los móviles y las tabletas y comporta cambios radicales para la docencia, la investigación, la organización y los recursos.” (Vázquez García, 2015: 17) Así, se abre paso según Vázquez García (2015) a una transición progresiva desde las universidades tradicionales a las smart universities. Por esta razón, las competencias deben ser integrales, deben considerar aspectos cognitivos, pero también físicos, sociales y emocionales, y de propedéutica, para que los alumnos continúen con su educación.
Bibliografía
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