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Photo by Adrian Swancar on Unsplash |
Quizá comenzó como mera curiosidad y leíste la página de Wikipedia sobre el caso de la familia Manson. Quizá conoces un meme, una serie, un podcast, una película, una canción, un documental, un libro, un cuento, un top ten en Youtube... No importa donde te encuentras matando tiempo, en la cultura popular habitan infinitas referencias y estudios a aquellos ciudadanos que se atreven a asesinar en múltiples ocasiones: los asesinos seriales.

La fascinación con los casos de asesinos seriales es demasiada dentro de la cultura popular y en subculturas que me atrevo a resumirlo en un meme:
El año es 2027 y Netflix se ha reducido a dos géneros... Asesinos o PastelesLlámese pura curiosidad o tal vez hasta obsesión por conocer más sobre los psicópatas, pero los consumidores de este tipo de contenido parecen tener sus motivos. Desde conocer cómo se llevaron a cabo los casos para aprender sobre los errores en el sistema de justicia y problemas de la sociedad o, simplemente, para tener un tema de conversación que te ponga la piel de gallina.
Existen muchos motivos, sin embargo, ¿conoces las ventajas de consumir casos criminales en tiempos de ocio?
Una es la emoción que produce oír historias terroríficas. Desde el inicio de los tiempos, las civilizaciones nos contamos historias de terror para acelerar nuestro pulso cardiaco. Nos emociona conocer los detalles perversos de los casos criminales, de igual manera que nos gusta ver películas de terror, leer una novela psicológica o subirnos a una montaña rusa. Las hormonas que estas acciones desprenden nos hacen sentir emocionados, como si viviéramos experiencias peligrosas sin que realmente estemos en peligro alguno.
Del primer punto sale uno aún más interesante: los amantes del true crime no sólo se emocionan al oír datos terroríficos con los que Wournos mató a sus víctimas o con los que la familia Manson asesinó a Sharon Tate. Los fanáticos estudian los casos criminales -lo creas o no- para conocer cómo lograr sobrevivir ante tales amenazas. No es gratuito que sean principalmente mujeres las personas más adictas al género criminal. ¿Qué harías tú si te encontrarás con un hombre que te pide que lo ayudes a subir cosas a su camioneta? No, gracias. Reconocer el peligro y separarse de este es lo que se aprende al estudiar tantos casos criminales.
Otro motivo que lleva a las personas a oír casos criminales es el ejercicio mental que conlleva a resolver casos y encontrar al culpable. Esto sería como jugar al detective. Esto inspira a las personas a buscar justicia a través de métodos forenses de última tecnología que fascina a los amantes del género detectivesco.
Otro motivo, y quizá el más humano, es el desarrollo de empatía. Buscar casos criminales nos ayuda a desarrollar empatía con las víctimas y sus familiares, apoyarlas en ese terrible momento y exigir a las autoridades justicia. Identificarnos con la víctima o los familiares nos ayuda a desarrollar solidaridad con el prójimo. Y quizá, si queremos llevarlo un paso más allá, podemos desarrollar simpatía por los asesinos. ¿Qué fue lo que ocasionó que llegaran a un punto tan bajo en sus vidas? Es válido pensar así ya que múltiples asesinos son víctimas de abuso infantil, demostrándonos que la violencia es un ciclo que debemos detener como sociedad. De hecho, otro de los motivos, y también el más productivo e importante, es que nos ayuda a exhibir los problemas del sistema de justicia y de la estructura de nuestra sociedad. Pero ¿deberíamos tener interés también en personas viles que causaron mucho daño a familiares de sus víctimas y a sus comunidades? El interés por los asesinos seriales nos hace enfrentarnos con la propia naturaleza humana cuando nos adentramos en la psicología y neurociencia del asesino serial.
Finalmente, sea cual sea tu motivo por el que tengas la inclinación por el true crime, permíteme comentar un beneficio que quizá no esperabas: Escuchar horas de podcasts sobre casos como Serial, o el caso OJ Simpson, sobre la familia Manson, sobre Amanda Knox, la hiena de Querétaro, Ted Bundy, Ed Gein, Wayne Gacy, la abducción y asesinato ya resuelto de Madelaine Mccan, etc. nos ayuda a lidiar con la muerte de un ser querido. No considero que estos casos desensibilicen a las personas pero si te dan las herramientas para reconocer el proceso de muerte de manera objetiva. Este es el beneficio más inesperado que obtienen las personas que consumen este tipo de contenido sobre casos criminales: puede traer paz y comprensión sobre la vida y su fin.
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