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Photo by Andrew Seaman on Unsplash |
¿Quiénes son los protagonistas despintados de la
historia de las lenguas y las literaturas nacionales? Invisibles ante ciertos
focos, pero siempre permitiendo el acercamiento a los significados y
pensamientos ajenos al propio, los traductores han logrado hacer de
conocimiento popular historias, ideas, cosmovisiones, etc., esto a través,
comúnmente, de la literatura. Sin embargo, el trabajo del traductor y de la
Traducción no se remite sólo al ámbito literario, los traductores también han ayudado en la
formación de la identidad nacional de múltiples países en distintas etapas. Ya
que, así como seres humanos creadores y reproductores de cultura, también somos
seres biológicos que necesitan adaptarse a los nuevos medios que se nos
presentan, desarrollando, así, cambios internos y externos a nuestra sociedad,
desde la literatura hasta la política, la traducción ayuda a los individuos a
comprender sus antecedentes, sus expresiones, sus costumbres de manera que
conozcan su provenir. No obstante, se ha invisibilizado este trabajo vital en
las relaciones interculturales actuales, por lo que las exigencias y
problemáticas que se ejemplifican en otras disciplinas no son asumidas como
importantes, por lo que el estudio de la traducción en muchos casos terminan en
el lugar común, volviéndola floja e inflexible.
Ahora, los realizadores de La traducción lingüística y cultural en los procesos educativos:
hacia un vocabulario interdisciplinar han colocado a México en la mira del
estudio internacional de la traducción. Esta obra nace en Xalapa, Veracruz en
el año 2014 cuando comienzan a reunirse académicos del Instituto de
Investigaciones de Lingüística y Traducción y del Instituto de Estudios
Interculturales pertenecientes a la Universidad Veracruzana para dar solución
al uso apropiado de un vocabulario académico que permitiera discutir el proceso
de traducción sin caer en conceptos ambiguos o imprecisos. El resultado es esta
puntual obra que ayudará a los estudiantes a comprender el uso adecuado de un
vocabulario propio de la traducción y de la comunicación intercultural.
El resultado no sería posible sin el
trabajo magnánimo y entusiasta de los académicos o investigadores de diversas
universidades, incluyendo la Universidad Veracruzana, quienes dedicaron dos
años al estudio de las problemáticas de la disciplina. El libro sirve como guía
para los estudiantes, profesores y traductores que deseen conocer a profundidad
y dar solución a diversos problemas de la traducción lingüística y cultural. De
igual manera me parece necesario apreciar y resaltar el enfoque sociocultural
que se aplica en los ensayos; los lingüistas apreciarán el reconocimiento de la
traducción como un fenómeno lingüístico que nace en un contexto, el cual debe
ser examinado y trabajado. Cada ensayo posee una riqueza bibliográfica sobre
diversos temas que colocan a la obra como una innovadora referencia durante el
proceso de traducción. El rol del intérprete será investigado por Cristina
Victoria Kleinert a través de un estudio sobre la impartición de justicia en México
para hablantes de lenguas nacionales. Gunther Dietz nos presenta la importancia
de la competencia intercultural al momento de realizar una traducción. En
“Error”, Iwona Kasperska presenta las distintas acepciones de lo que un error
en la práctica de la traducción supone. De igual manera, Kasperska busca
definir el término “evaluación” al momento de investigar una traducción, su
proceso y al mismo traductor desde un enfoque formativo, profesional,
estilístico y competitivo. En “Formación de traductores literarios”, Mario
Murgia expone los resultados de su investigación acerca del plan de estudios
para la formación de traductores en México. Con “Metáfora y traducción”, María
Guadalupe Flores Grajales y Luis David Meneses Hernández, a manera de reflejar el
alcance de la habilidad cognitiva que representa la traducción, los autores
analizan a la metáfora como una forma de traslado de significados. En
“Traducción, feminismo y género”, Julia Constantino Reyes propone que el
feminismo logra colocar la mirada en el
agente y su posición al momento de traducir. Con su entrada “Traducción
poética: John Milton”, Angélica Duran apunta al papel de las traducciones en la
conformación de un canon literario. Las aportaciones que este libro brindará a
los lectores es invaluable. El rigor académico de esta obra se compensa con la
indudable pasión con la que estos escritores buscan reparar en la constante
idea de que la traducción y sus actores no participan en otro ámbito que no sea
el literario.
La traducción ya no debe recordarnos a un
Quasimodo: el hijo bastardo o deforme de la literatura. Ahora es un héroe de
mil caras: los múltiples rostros de la traducción, sus múltiples propósitos,
usos, asuntos, etc. atañen a todos y todas. En este conjunto de ensayos se
retratan los asuntos de la traducción lingüística y cultural, facilitando el
tratamiento de los problemas de la traducción como de índole literario, filosófico, epistemológico,
disciplinar, etc. Es importante resaltar el rigor que posee cada ensayo, así
como su carácter casi enciclopédico; la manera en que su contenido se encuentra
distribuido permite la posibilidad de hacer lecturas cruzadas entre sus distintas
secciones. Los creadores no dejan aparte el carácter interdisciplinario de la
tarea del traductor. Lo anterior logra
elevar esta compilación, reconociéndose como una categoría cognitiva que
funciona en ámbitos alejados de todo lo que suele asociarse con la traducción. La traducción lingüística y cultural en
los procesos educativos: hacia un vocabulario interdisciplinar es una
lectura incuestionable para quienes día a día necesitan respuestas para
distinguir entre las distintas caras que
nos ofrece la traducción: la de interpretación, habilidad cognitiva, problema
estético y literario, herramienta pedagógica, problemática de género y,
principalmente, como un problema que rige la dirección de las sociedades
contemporáneas y poscoloniales.
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