Otto e mezzo de Federico Fellini (comentario)

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Ocho y medio me parece un filme que debe analizarse desde una perspectiva más racional y reflexiva para poder llegar a comprender el porqué de los sentimientos que provoca en el espectador la primera vez que es vista. Sentimientos como la confusión, la impresión, la felicidad, tristeza y fascinación causados por las diversas experiencias e ilusiones, entrelazadas en un plano existencial y filosófico, de un protagonista imperfecto y sensible atrapado en el lado más tedioso y sudoroso del cine: la preproducción. Uno de los temas es la importancia de las musas para un artista. Fellini tenía por esposa y musa a la actriz Giulietta Masina.  En el caso de Ocho y medio, todas las mujeres con las que el protagonista había tenido encuentros desde su infancia hasta su última amante eran sus musas. Debido a que se muestra de manera biográfica y específica la vida de los directores de cine al momento de trabajar es correcto asumir que trata de generalizar las relaciones establecidas por cualquier artista. Clama que no es fácil mantener una relación positiva entre tanta inestabilidad emocional y pasión ciega propias del artista. Finalmente, me parece una película elegante en cuanto a sus aspectos técnicos, ensayística por las problemáticas que discute con grandes cantidades de ironía y humor que despiertan la reflexión acerca de las decisiones que deben ser tomadas en cuanto a las relaciones sociales y amorosas durante toda la vida y la importancia de estas para nuestra formación.

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