¿Quién es Beatriz? o mejor dicho, ¿qué es?, ¿quién fue? Una tarde, la ventana llama a nuestro personaje principal para que deje todo a un lado e inicie a recordar aquello que lo llevo a su estado de alcoholismo y desesperación, melancolía y confusión. Es cuando llega a la Facultad de Derecho que su vida cambia. Conoce a Enrique y a Marcos, compañeros de la escuela que lo presentarán a un culto siniestro donde no se sabrá qué es real y qué una mentira. ¿Es Beatriz una mentira? Poco importa, el joven cae en un pozo de enamoramiento venenoso sabor ron y no podrá salir de ahí fácilmente. Mediante el recurso de flujo de conciencia se llega a conocer el corazón negro del joven que comprendió desde muy pequeño las crueldades del amor: el rechazo y distanciamiento con su hermana; su padre abandonando a su madre por el simple hecho de estar harto.
Una propuesta para leer la lectura es conocer que el autor era alcohólico, así se puede comprender la razón de tantas descripciones sobre el estado alcohólico que se interpretan en forma de sueños o de una nebulosa psíquica. Pocas veces se conoce el contexto del protagonista, solamente cuando esta sobrio y puede sentir el dolor en primer plano. También, se puede entender a Beatriz como una búsqueda de la perfección y la idea de que se puede obtener una mejor vida o ser una mejor persona cuando se obtiene lo deseado.
Claramente, existe un particular sentido estético en los párrafos de La obediencia: se aprecian los elementos repetitivos a través de la lectura, la constante confusión tanto en los personajes como en el lector, las relaciones cambiantes de identidad y la interesante trama de estos jóvenes metidos en algo que me pareció un performance religioso para invocar a una entidad del pasado, pero es indiscutible que realizar una compresión intelectual de la obra requiere de una experiencia y conocimientos previos en la literatura y en otros campos de estudio.
Un ejemplo de apreciación estética se reconoce al relacionar, recordar, memorizar elementos del imaginario para comprender el texto. Si se realizara una lectura avanzada de manera independiente no entenderíamos mucho a pesar de que la estructura es sencilla. Lo que me indica que cada momento en que se desarrolló el elemento, las emociones y el ritmo de los episodios regresan. Es una composición, un código emocional que se desenvuelve ante una lectura que a primera vista es simple pero que tiene significados que trascienden en una relación obra-lector demasiado participativa y emocionante.
Así, me gustaría argumentar que La obediencia Nocturna se puede acercar más a los lectores universitarios a causa de que son identificables las emociones del protagonista por estar bien descritas con imágenes y acciones. El miedo y la desesperación así como la ira y la preocupación, todas son emociones usuales en este periodo de la vida. No pude evitar pensar que los sucesos eran elevados a un punto espiritual y simbólico debido al alcohol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario