La novela gráfica contemporánea en Francia

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Conferencia magistral a cargo de Raphael Mëltz:

A diferencia de México, la desarrollada presencia de literatura ilustrada en Francia obliga a las editoriales, a los autores y a los lectores a modificar su conciencia genérica ya que, como indicó Mëltz, existen grandes diferencias entre un comic y la novela gráfica o como la llaman en Francia, la bande dessinée.

Mëltz expuso un viaje por las primeras casas editoriales que solamente publicaban bande dessinée y sus obras más representativas. También, se realizó una división entre las generaciones de los principales exponentes de la novela gráfica en Francia.

Mëltz continua exponiendo que en 1996 instituciones estadounidenses celebraron el comienzo del comic con El niño amarillo, sin embargo nos comentó que Europa rechazaba la idea ya que el inicio de las historietas era más antiguo, con Gillray Strigel en 1506 y con el autor Topffer en 1844, quienes logran una alianza del texto con la imagen como en La historia de Albert de Topffer, pero aun sin globos de texto.

Sin duda, las historietas de Europa y América han sido diferentes desde sus inicios: el comic americano trataba héroes, en Europa la historieta tenía contenido político y en Francia, la historieta mantuvo en mente a un público infantil, por ejemplo, la historieta Les aventures de Tintin. Mencionó las primeras editoriales que se dedicarían únicamente a publicar historietas. La principal fue Pilote, le siguió Futuropolis y  más tarde, se crearía con L’Association la esencia de la novela gráfica.
Pilote, periódico que tuvo 40 años de fama en Francia, dirigía obras a un público joven y sería hasta los años setentas que publicaría sólo contenido para adultos. Jean Giroud era el jefe de la editorial y entre sus éxitos como historietista se encuentra, de la editorial Moebius, Viaje de Hermes.

En 1972, una pareja, Florence Cestac y  Étienne Robial, fundan la gran editorial Futuropolis. Ella dibujaba el conocido estilo “narizota” propio de la comedia y él era creador de agencias de suma importancia como Canal + de Francia. Se dedican a la reedición de clásicos americanos como Krazy Kat. Más tarde, publican una colección de autores de renombre como Jacques Tardi con su Soldado desconocido. Con la fama en aumento, Futuropolis decide hacer otra colección de nuevos autores veinteañeros. Después, es comprada por la editorial más importante de Francia, Gallimard, pero no funciona.

L’Association fue la editorial por autores y no por editores. Con su dogma de la expresión no interesada, en 1990, es conformada por sus seis fundadores, quienes algunos de ellos fueron los jóvenes de la colección de Futuropolis para autores jóvenes. Realizaron la editorial principalmente para poder publicarse y publicar obras radicales de otros autores. Querían llenar un vacío y publicarían también a quienes admiraban, creando así el género de la novela gráfica.  El formato de las primeras novelas gráficas de Francia por L’Association eran  pequeños libros de pasta blanda y con contenido en blanco y negro, por ejemplo, la obra Pascin. Son clásicos, Persepolis de Satrapi, la  primera novela gráfica iraní, publicada en el año 2000; así como La ascensión del gran mal por David Beauchard. Como precursor, Maus de Art Spiegelman que trata el holocausto y es publicado bajo el mismo formato.

Publicaron Diario de Fabrice Neaud, que resulto polémico y recibió quejas por parte de    asociaciones en defensa de la familia.  Otro ejemplo de sus obras es el autobiográfico Livret de Phamille pero es cancelado. Figura el autor Lewis Trondheim con Lapinot y las zanahorias de la Patagonia y Coeur de canard  con el cual gana un Broche de Oro en la premiación más importante de novela gráfica, el Festival Nouvelle. Finalmente, Mëltz separa las  generaciones de la novela gráfica contemporánea en tres generaciones. La primera pertenece a Tardi, la de los sesentas a Crecy con Le bibendum celeste y la generación de los ochentas con Nine Antico autora de I love Alice y Coney Island baby.

En definitiva, la presencia de la novela gráfica en las librerías y bibliotecas de México es pobre o nula. En la FILU encontramos libros ilustrados por montones pero el género de la novela gráfica es único. Es una lectura superior con ilustraciones sofisticadas y contenido oscuro e irónico. Lamentable y afortunadamente encontré únicamente, en la FILU 2016, en la editorial Sexto piso la presencia de la novela gráfica donde figuraban Las meninas, Uncle Bill, El loro de Frida Kahlo, entre otras. A pesar de este atraso, Mëltz afirmó que en México la obra de José Guadalupe Posada, idolatrada en Francia, es una muestra única y especial de los ilustradores mexicanos.

                 Su conferencia resultó atractiva como sucede cuando un hombre o una mujer apasionados exponen lo que aman. Raphael inspira a atreverse a tomar a la novela gráfica no como algo infantil y sin substancia, sino a verla como algo especial, la combinación de la imagen y la palabra cosa que no todos los lectores mexicanos se atreven a hacer.

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