El título de Alatorre es engañoso, él mismo nos dice que no empieza hace 1001 años con las glosas emilianenses y silenses, sino con el proto-indoeuropeo, la lengua original de la que emergieron la gran mayoría de las lenguas habladas hoy en occidente. Son cuatro ramas básicas: anatolio, balto-eslavo-germánico, grecoarmenio-indo-iranio. El español proviene del
celto-ítalo-tocario. Con la conquista romana sobre los pueblos originales de la Península Ibérica, en el año 218 a. C., como los celto-iberos, se ejerció un adstrato entre la lengua latina y las diversas lenguas ibéricas.
celto-ítalo-tocario. Con la conquista romana sobre los pueblos originales de la Península Ibérica, en el año 218 a. C., como los celto-iberos, se ejerció un adstrato entre la lengua latina y las diversas lenguas ibéricas.
Un problema en la imposición de los romanos surgió cuando los pueblos ibéricos comenzaron a apropiarse del latín y generaron una evolución del latín, y esto fue a dar al protorromance (lo llamaban latín vulgar, pero eso era sólo un prejuicio de los latinistas tradicionales. O quizá el latín culto en realidad sí era así de majestuoso. Tal como lo escribió el poeta Virgilio.) Comenzaba lo analítico, desecharon las complejas declinaciones, las neutralidades y nació la característica letra “ñ”. Más adelante, en el año 410, llegaron los bárbaros, en especial los visigodos, con sus realengos, sus abolengos y abadengos, además de un abundante vocabulario bélico. En el 711 d. C., cae el último rey visigodo, llamado don Rodrigo en la batalla de Guadalete y, principalmente en el sur, la Península queda en manos de los árabes, bajo el mando de Táriq Ibn Ziyad. En esta España, ahora de tres religiones, se ejerció uno de los intercambios culturales, y por lo tanto lingüístico, más fascinantes de la historia en el territorio que en ese entonces se llamaba Al-ándalus.. No fue una mera casualidad que se tengan 4.000 arabismos en el español.
Entre esas palabras, que fueron hispanizadas fonéticamente, se encuentran aceite, jazmín, sandía, limón, naranja, toronja, algodón, arroz, ajonjolí, alquiler, alhóndiga, almohada, alfombra, alcohol, alhajas, algarabía, alquimia, ajedrez, alfarería, entre otras. Claramente, si introdujeron las palabras también introdujeron aquella materia a la que calificaban. Como el juego del ajedrez, conocimientos de jardinería y de alfarería. Lo árabes ejercieron los siglos de oro de su cultura en Hispania, hasta el año 1492.
Sin embargo, no sólo dependió del potente ímpetu de reyes y soldados por recuperar la España cristiana de manos de los árabes, no sólo de horas, días y años de traducción por parte de monjes adoloridos por esa incómoda posición frente al escritorio, no sólo dependió de los poetas mozárabes, ni de tanto viaje por los mares… El castellano llega sólo porque la suerte estuvo del lado de aquellos que quisieron hablar bien con su vecino, sin malentendidos ni ambigüedades.
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