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El 14 de agosto del 2017 dio inicio la experiencia educativa “Pragmática”. La dinámica de la clase adoptó como texto base la obra Sujetos de la lengua. Introducción a la lingüística de uso (2004) de Alejandro Raiter y Julia Zullo (ambos docentes en la Universidad de Buenos Aires, Argentina), además de la exposición de ciertos textos complementarios. A continuación, se reúnen los temas discutidos en clase a manera de crear un breviario de diversas perspectivas lingüísticas que conforman la bases teóricas de la Sociolingüística.
Los autores discutidos en clase publicaron mayormente durante el siglo XX, cuando la Lingüística se encontraba sumergida en corrientes formalistas, positivistas, estructuralistas e innatistas. Por el contrario y generalmente, las aportaciones de los autores analizados en clase giran en torno a los individuos y sus contextos. Asimismo, analizan las relaciones entre lenguaje, pensamiento y sociedad. Ellos son: el ruso Valentín Voloshinov (1895-1936); los estadounidenses Dell Hymes (1927-2009), John J. Gumperz (1922-2013), William Labov (1927) y Charles A. Ferguson (1921-998); finalmente, el filósofo británico John Langshaw Austin (1911-1960). Ellos decidieron hacer de la lingüística un estudio enfocado no sólo en la lengua como forma abstracta, sino en el uso de la lengua o habla del individuo. Cada uno posee su propio marco teórico, sin embargo, lo que ellos realizaron fue un conjunto de estudios estructuralistas del habla que más adelante se llamaría Sociolingüística.
¿Cómo podemos reconocer si sus teorías son estructurales? Sin duda, iniciando con las definiciones de estructura y sistema, dos conceptos elementales en el estudio del lenguaje y también del habla. El sistema fue definido de manera unánime durante la experiencia educativa como el “conjunto de elementos interrelacionados como un todo funcional.”. Sin embargo, la misma definición fue utilizada para comprender lo que significa una estructura. La diferenciación recae de múltiples manera, bien sea en la flexibilidad, la heterogeneidad, el dinamismo del sistema opuestos a la rigidez, la homogeneidad y la estática propias de la estructura de un sistema, ya que la estructura es el “conjunto de elementos interrelacionados como un todo funcional” sólo que es un modelo abstracto con base en el entendimiento y la reinterpretación del sistema. Durante la mayor parte del curso se mostraron ejemplos de sistemas y estructuras en la sociedad, el ejemplo que más me interesó fue la muxe, debido a que estas personas o elementos se encuentran interrelacionados en una red social cuyo núcleo es la familia. Cada individuo posee una función dentro de la estructura, y las funciones de la muxe son parte de un sistema de valores familiares en México.
Ahora bien, desarrollaré las principales teorías que crearon el panorama en el que radica actualmente la Pragmática. Daré inicio con El marxismo y la filosofía del lenguaje (1929) de Valentín Voloshinov. Esta obra se opone al estudio del lenguaje como objeto abstracto y propone el estudio del signo como ideológico, con el cual el lenguaje pierde su “inocencia” y se vuelve un factor clave en la lucha de las clases. Voloshinov desea comprender la ideología desde el uso del lenguaje en una sociedad. Para eso necesitó ampliar la comprensión del lenguaje: incluir valores enunciativos, como el estético o el religioso. En El marxismo y la filosofía del lenguaje, Voloshinov propone que el signo es ideológico, en cuanto nos remite a diferentes referentes. Al alejarnos del referente inicial comienza la ideología. La comprensión de los signos dependerá de la sociedad (factores sociohistóricos) en que se encuentre sumergido el individuo. En otras palabras, la sociedad precede la conciencia y el habla es el resultado de esta conciencia colectiva. La palabra sería el instrumento de la ideología que acompaña toda creación ideológica. Si, por ejemplo, un presidente en su informe de gobierno declara:
¡Ya nadie pagará impuestos, ni los pobres ni la clase media!
En este ejemplo descubrimos que un presidente hace feliz a su pueblo con su enunciación cuando en realidad posee un valor económico que lo rebasa ya que los ricos tampoco pagarán impuestos. Es en este tipo de interacciones que descubrimos la exteriorización de los signos lingüísticos, la riqueza que poseen las interacciones cotidianas (dialogismo) y la carga política que poseen sin que sea muy evidente, es decir, las luchas de poder entre las clases dominantes y no dominantes. Las observaciones meticulosas de Voloshinov nos permiten mantenernos alerta a la manipulación de las masas a través de discursos que aparentemente son inofensivos pero que en realidad poseen un poderoso valor ideológico.
El campo en que se coloca el trabajo de Voloshinov es la Filosofía del Lenguaje. Mientras tanto, en las décadas siguientes, en Estados Unidos, se llevó a cabo una regeneración de la Lingüística. A pesar de que suele indicarse a Labov como el padre de la Sociolingüística, en el texto base del curso, se menciona la labor del antropólogo estadounidense Dell Hymes y su texto titulado “Hacia etnografías de la comunicación” de 1964, el cual representó una propuesta metodológica desde la Antropología que inquietó los ideales de estudiosos del lenguaje como un sistema cerrado y ajeno al hecho social. La década de los sesenta marcó el inicio de una revolución sociolingüística en contra de la idea de “sintaxis autónoma” de Noam Chomsky conjugada con los movimientos políticos de los años sesenta en su país, como el movimiento de protección de los derechos de la mujer y de las minorías.
En “Hacia etnografías de la comunicación”, el cual no sólo se le atribuye a Hymes sino también a John J. Gumperz, encontramos un marco teórico y metodológico al que otras disciplinas pueden aportar sus trabajos, con el objetivo de estudiar la interacción entre los individuos (animales incluidos) pertenecientes a una comunidad. Inicia su texto describiendo la situación de la lingüística con respecto de las otras ciencias sociales. Aclara que los lingüistas deben dejar de aislar su objeto de estudio, tomar en cuenta las reglas sociales y el uso del habla a tal grado que plantea una reconsideración completa de la Lingüística. Deja a un lado el estudio del lenguaje para concentrarse en la competencia comunicativa de los hablantes, lo que le permite incluir códigos como el kinésico, el proxémico y las vocalizaciones. Hymes esta convencido de que los medios comunicativos no pueden separarse del contexto, el cual toma como una comunidad del habla.
Según la definición que puede tenerse de contexto al llevar a cabo una investigación de Sociolingüística, se pueden diferenciar distintas líneas metodológicas. Para Labov el contexto corresponde a toda la sociedad lingüística, estratificada por el nivel de ingresos, pero en el caso de Hymes no se toma en cuenta el lenguaje sino la comunicación o, mejor dicho, los eventos comunicativos, y el contexto equivaldría, como ya se mencionó, a una comunidad del habla. Dentro de esta se encuentran varios elementos que deben ser tomados en cuenta: la situación, los participantes, los fines, los actos, la clave, los instrumentos, las normas y los géneros. El problema principal de la aplicación de esta metodología es la delimitación. El investigador debe poner límites a la información que será recolectada. Debe resolver, asimismo, los límites de la comunidad que estudia. Para explicar mejor esta metodología, propongo una situación superficial y ficticia:
En un concierto en la ciudad de Buenos Aires (situación espacial), en el año de 1997 (situación temporal), se encuentran dos mexicanas (participantes) en la sección mezzanine:
Lupe: ¿A qué hora termina el concierto?
Ana: Dentro de media hora.
Lupe: Cuando acabe, ¿nos vamos a la casa de Marta a cenar?
Ana: Necesito dormir temprano. Mañana me presento a la “Uni”.
Lupe: Es cierto. Y yo debo aplicar examen a mis niños del kínder.
Ana: Marta comprenderá.
Lupe: Ojalá. Ya ves cómo se pone.
El esquema SPEAKING de Hymes nos permite organizar y delimitar la información que será analizada dentro del evento comunicativo. De Lupe y Ana necesitamos datos de su edad, lugar de nacimiento, clase social y nivel educativo. Se deben rescatar los fines de Lupe al invitar a Ana a la casa de Marta, y a que acto del habla pertenecen sus enunciados. Definir la clave en la conversación nos deja ver el grado de formalidad entre las participantes. Los instrumentos son los canales, en este caso oral, el dialecto que hablan, el registro, la lengua, las vocalizaciones, elementos proxémicos y kinésicos. Deben ser estudiadas las normas de la interacción, como el turno, los silencios, las intervenciones, y las normas de interpretación, la ironía, implicaciones, etc. Finalmente, encasillar la interacción en un género, como una entrevista, una conversación, un chiste, etc.
A diferencia de Dell Hymes, como ya se mencionó previamente, se suele considerar a William Labov (Modelos sociolingüísticos, 1972) como el fundador de la Sociolingüística cuantitativa, debido a que logra incluir en su metodología de corte estadístico a las variables sociales. Labov continua la lista de estructuralistas dentro de los autores discutidos en clase que asimismo logran alejarse de la metodología de Saussure y de Chomsky. Su obra ofrece un análisis sistemático del uso de lenguaje en la cotidianidad, iniciando con una regla universal sobre esta: la variación lingüística, la cual señala que la producción del habla, aunque es variada, presenta regularidades sociales. Se deben descubrir estas regularidades. Labov lo realiza a un nivel fonológico pero propone que se podría expandir a otros niveles gramaticales. Además, su metodología produce explicaciones de estas variaciones, como la clase social, es decir, dentro de un grupo social se llevan a cabo realizaciones comunes, distintas de otras clases sociales. De la misma manera, pueden influir el género, la edad, el grado de escolar, etc. Al igual que Dell Hymes, Labov intenta alterar las bases gramaticales y lingüísticas al declarar que se debe incluir una regla gramatical que permita la variación, es decir, que normalice el complemento variable. Sin duda alguna, las aportaciones de Labov denotan un pensamiento no sólo inclusivo hacia todos los elementos posibles que pueden influenciar el habla, sin que resulta meticuloso y bien logrado debido a que reconoce factores sociales que bien podrían escapar a los ojos de cualquiera: Labov logra recuperar el significado estilístico, en otras palabras, el grado de atención del individuo sobre su producción lingüística, además, incluye a la inseguridad lingüística, en la cual el hablante decide apropiarse de otros sociolectos diferentes al suyo. En mi opinión, Labov ofrece un estudio del habla que se acerca más al verdadero uso de la lengua a tal grado que rebasa no sólo la lingüística o la sociología, sino que se acerca a la conducta y psicología humana, lo cual denota un grado de interdisciplinariedad que aunque no rebasa a Hymes, sí muestra una metodología más delimitada y bien definida.
Independientemente del uso de sociolectos o de diferentes registros por parte de los hablantes de una comunidad, Charles A. Ferguson, en su texto “Diglosia” (1959), explora el fenómeno en que dentro de una comunidad coexisten dos variedades de una lengua, cada una con su función definida, a partir del estudio de cuatro comunidades lingüísticas y sus lenguas: el árabe, el germano suizo, el criollo haitiano y el griego. La variedad estándar es designada como A y los dialectos regionales como B. Cada una de las variedades puede ser utilizada en ciertas situaciones sociales que se relacionan con las autoridades religiosas, políticas, escolares y artísticas. Dentro de las relaciones familiares, se suele enseñar a los niños la variedad B, mientras que en un ambiente educativo se aprende la variedad A, ya que esta posee una mayor tradición de estudios gramaticales que la forma B. Sin embargo, ningún sector de la comunidad tiene conversaciones ordinarias en la variedad A, ya que puede resultar superficial o hasta desleal a la comunidad. Es importante definir conceptos utilizados por Ferguson como “Pidgin” y “Lengua criolla”. Ambos son el resultado del contacto entre dos lenguas distintas. El pidgin se utiliza con fines prácticos para comunicarse, por ejemplo, con un jefe o un cliente a quien se le quiera vender un producto. Posee poca o cero estructuración gramatical y genera cambios principalmente en un nivel léxico. Una lengua criolla es la que posee hablantes nativos, es decir, la participación de los niños es crucial en la formación de estas. Ya se mencionó que se suele enseñar la variedad B a los niños en un ambiente familiar. Sin embargo, han sucedido casos en los que los niños pasan de una lengua criolla a formar una lengua oficial dentro de una nación. Tal es el caso del Lenguaje de señas de Nicaragua, conformado en la década de los ochenta por un grupo de niños sordos que lograron, primero, conformar un lenguaje muy vago y poco gramatical. Un segundo grupo de niños logró regularizar y automatizar este tipo de pidgin y lo adoptaron como “primera lengua”. Lo que demuestra la importancia de las comunidades en la formación de lenguas, la importancia del estudio del pidgin y su posible desarrollo hacia lenguas criollas, y hasta en lenguas oficiales de una nación, a través de la enseñanza a niños. Asimismo, se demuestra la estructuración que posee el lenguaje, pero también se le da la razón a Chomsky en cuanto que desde niños se cuenta con un Dispositivo de la Adquisición del Lenguaje. Sin duda, no se puede separar a los sociolingüistas y a los lingüistas ya que ambos siguen una línea de estudio estructuralista.
Por otro lado, para mí, el criollo que se habla en Haití resulta un caso muy fascinante. Dentro de una tierra americana colonizada por europeos podemos encontrar múltiples fenómenos lingüísticos. En México, por ejemplo, se adoptó la lengua castellana, pero también encontramos préstamos léxicos y fonológicos del náhuatl, de lenguas africanas, etc. Sin embargo podemos observar en el criollo haitiano una “nueva” lengua, que es el Creole. Como ya mencioné en el párrafo anterior, el uso de esta variedad B, se usa en diferentes situaciones sociales y en Haití es donde en las espirituales se utiliza el Creole. Se ha convertido en parte de la identidad de los haitianos o al menos de la concepción que se tiene de ellos, sobre todo en las prácticas del vudú. Me parecen fascinantes los cantos que realizan a Papa Legba, quien es el guardián del Reino espiritual. Ferguson ofrece en “Diglosia” (1959) un tipo de acercamiento a esta cultura. Es por este artículo que yo comprendí la importancia de no se separar el estudio de la lengua de las prácticas en las que se llevan a cabo enunciaciones, como las que se llevan a cabo en la práctica del vudú de la sociedad haitiana. La antropología y la lingüística son necesarias para estudiar estos actos del habla. Si la lingüística se enajena de esto, no esta comprendiendo enteramente el fenómeno universal del lenguaje humano. La creatividad humana, en términos de Chomsky, hace uso de la lengua para poder generar cultura. Es ahí donde recae la importancia de la Pragmática.
Otro de los aspectos discutidos en el texto de Ferguson es el prestigio. Las lenguas son establecidas por necesidades políticas y por autoridades pero nunca por hablantes reales, por lo que el idioma empleado en los programas educativos, en la burocracia, etc. se imponen sobre la sociedad. Los hablantes de estas lenguas impuestas consideran que A es superior a B. A tal grado que llegan a negar la existencia de B. Como si A fuera más apta para la expresión de pensamientos elevados. Se dedica un capítulo entero en Sujetos de la lengua a un tema similar, titulado “Decir y poder decir”, dedicado al “poder”.
Es bien sabido que durante los Siglos de Oro españoles, el teatro resultaba muy importante para el pueblo llano. Por lo que escritores de comedias como Félix Lope de Vega o Pedro Calderón de la Barca escribían obras con personajes que enunciaban cuestiones existenciales para satisfacer al pueblo en su búsqueda por respuestas. Digo esto debido a que para los autores, el mundo era teatro. El rey soñaba que era rey, lo que es, el rey soñaba su poder y ellos lo plasmaban en sus obras. Los grandes autores reconocían que el acto de performatividad de los actores no iba muy alejado de la realidad española. Sin embargo, la siguiente teoría nos dice lo contrario, en otras palabras, nos muestra la principal diferencia entre la performatividad del teatro y la de la vida real: el poder de las palabras. En 1962, el filósofo John Langshaw Austin publicó Cómo hacer cosas con palabras a partir de múltiples conferencias realizadas por él en la Universidad de Harvard. En este libro, Langshaw enuncia su teoría sobre los actos del habla la cual afirma cómo los distintos roles de los individuos pueden crear o alterar la realidad por medio de la enunciación. Su teoría fue continuada por su aprendiz John Searle. Así, el uso del lenguaje resulta ligada a los roles sociales. Sin embargo, se necesita la adecuación de ciertos elemento contextuales: el tiempo y el espacio de la enunciación. La interacción lingüística resulta en la conjugación de todos estos elementos en los que si uno de ellos no se encuentra habilitado adecuadamente, la enunciación no logra su fin. Enunciar es producir un acto, como preguntar, afirmar, dudar, negar, saludar, etc. Esto resulta en una categorización de la producción lingüística a partir de la descripción de lo que se dice. Sin embargo, existen enunciaciones pertenecientes al acto del habla performativo que pueden, como ya se mencionó, alterar la progresión de la realidad o cotidianidad. Por ejemplo, “Hoy 14 de marzo del 2009 se le declara culpable de doble homicidio.”, dicho por un juez en una Corte, frente a un jurado y frente a la defensa y al acusado. Esto hace que una persona posiblemente inocente o no, es ahora culpable de un delito.
Antes de concluir, me gustaría anotar algunas características de la metodología de la Pragmática. Al realizar un estudio en esta disciplina muchas veces se mencionó la necesidad de mantener una mentalidad interdisciplinaria. No separar tajantemente lo ideológico de la comunicación, recordar que el uso del lenguaje no depende de únicamente de reglas innatistas, sino también de reglas sociales, el marco de referencia lo debe proveer la comunicación y la etnografía al describir el lugar de una lengua en la cultura y sociedad, no despreciar la comunidad en la que se encuentran los sujetos ya que esta misma es el contexto, aunque se debe recoger únicamente la información significativa del contexto ya que de no editar la información se podrían ofuscar los resultados finales.
Para concluir, me gustaría comentar sobre una advertencia del profesor, la cual también se recupera del texto base de la experiencia educativa: “Los aportes ensayísticos que continuamente se realizan podrían ser denominados como “chatarra” ya que ninguno realmente reafirma las bases de la Pragmática”. El mismo Hymes dice en “Hacia etnografías de la comunicación” que la pragmática podría ser el puente entre las demás ciencias sociales y la lingüística, pero sospecha que no sería suficiente para tratar el tema en su totalidad. Los estudios sociolingüísticos, ahora más que nunca necesitan de unidad. Un núcleo común en el cual se puedan desenvolver aportaciones con peso intelectual. Escapar de la mera prosa descriptiva para generar una verdadera discusión sobre los problemas actuales, como por ejemplo, los problemas de la inteligencia artificial y el papel del lenguaje y el habla en esta.
Por otro lado, al conformar mi visión de la pragmática no puedo dejar de recurrir al Generativismo de Noam Chomsky y al Estructuralismo de Saussure, (pilares en la Facultad de Letras Españolas de Xalapa). En mi opinión, la pragmática es la estructuración de la creatividad humana. El habla es un proceso de creación constante y espontáneo. El habla y la lengua son sistemas. Por lo tanto, el habla, mejor dicho, esta creatividad humana puede ser comprendida a través de una estructura que nos permita comprender su origen y naturaleza. He observado que mientras más cerca se encuentra el investigador del objeto estudiado, menos podrá comprenderlo. Paradójicamente, se necesita un amplio panorama y una lejanía para poder comprender al objeto. Es esta ampliación del objeto lo que nos permitirá comprender el fenómeno del lenguaje. Incluyendo, al fin, dentro de cualquier estudio lingüístico, variables como el contexto, los roles, la ideología, la cosmovisión, el estudio del discurso, etc.
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